viernes, 4 de noviembre de 2011

Iberia Monopoly

El problema de que Asturias pierda la conexión de Air Europa con Madrid (cese anunciado para el próximo 19 de Noviembre) - siguiendo la estela que dejaron Spanair o easyJet - no es sólo la considerable merma que se causará en la ya pobre oferta del aeropuerto de Santiago del Monte sino que la principal conexión con el aeropuerto de más tráfico internacional de España quedará bajo el poder de mercado de Iberia.

Aunque uno podría dedicar parte de su tiempo, y de estas líneas, a reflexionar acerca de la rocambolesca historia del expediente del contrato que pactó el anterior gobierno regional con la compañía y que misteriosamente tuvo que ser localizado tras una “sherlockholniana” inspección en los locales de la Sociedad Regional de Turismo, o del porqué todavía el actual ejecutivo no ha tomado cartas en el asunto, no procede.

La preocupación central ha de ser el nuevo (aunque viejo conocido) escenario al que se enfrentarán los pasajeros que desde Asturias se desplacen a / o conecten vía Madrid. Quedar a merced de Iberia, supone tener que asumir un servicio malo, poco competitivo y extremadamente caro. Aparte de los cotidianos retrasos y cancelaciones a los que suelen tenernos acostumbrados los vuelos de Iberia, su posición de monopolio llevará consigo el que los billetes entre el Principado y Madrid se sitúen nuevamente entre los más caros de España

¿Pero no hay realmente otras alternativas? Las suplicas de los consumidores se abrazan a la posibilidad de que al menos la compañía mantenga dos conexiones diarias con Madrid (la primera y última del día, calificadas como de “rentables” por la propia Air Europa)

¿Y el AVE? Lamentablemente ni está, ni se le espera.

Sin embargo, las penurias del Aeropuerto de Asturias no acaban aquí. Hace relativamente poco Vueling anunciaba que el vuelo que conectaba a primera hora la región con Barcelona se retrasaría a las 10 de la mañana. Esto además de suponer la pérdida de la posibilidad de conectar con numerosos vuelos internacionales, impide a comerciantes, empresarios, … llegar a Barcelona a primera hora de la mañana; que se supone era lo realmente interesante de la conexión.

Por otra parte, esta pequeña reflexión me conduce a otra mucho más profunda y relevante. Algún día trataré de buscarle la lógica económica al hecho de que Asturias, Santander y León tengan cada uno su propio aeropuerto. Tres aeropuertos para abastecer un área de poco más de 2 millones de habitantes. ¿No bastaría con uno que centralizase una buena oferta de conexiones – incluso internacionales -, competitiva y de calidad? Apenas hay 120 kilómetros entre Oviedo y León y unos 200 entre Oviedo y Santander. Entre Santander y León los kilómetros serían unos 290. Elegir la ubicación correcta e invertir en mejorar las comunicaciones entre las tres ciudades, intereses “partidistas” aparte, resolvería la cuestión, ¿o no? La pena es que creo que este “tren” ya ha pasado o nunca llegará.

Menos mal que siempre nos quedará París.

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